Jrg

Ayer pase por tu casa por primera vez desde tu partida. Sabía que no estabas mas ahí pero aun así sentí unas ganas terribles de detenerme frente a tu puerta y gritar tu nombre esperando que contestaras desde adentro tu clásico “VOY”. Resulta casi gracioso ver como todo parece igual cuando en realidad es tan diferente. Creo que hasta hoy me di cuenta de cuánto te quería y cuanto te voy a extrañar, justo hoy me di cuenta de tu ausencia y del vacío que has dejado. Por más que quise apartar mi mente de estos tristes pensamientos mis ojos se llenaron de lágrimas; mientras sentía como algunas de mis lagrimas corrían por mis mejillas comencé a pensar en cuanto te voy a extrañar a ti y a tus curiosas e infinitas obsesiones, a tu geekes, a tu preocupación por mis malos hábitos, a tu eterna paciencia cuando la broma parecían no tener final, a la forma en que siempre tratabas de mediar las cosas cuando se ponía difíciles, a la forma como me defendías cuando sabias que me acercaba al límite, a la forma como nunca te enojabas sin importar que tanto te fallara, a tu forma de recibirme siempre con una sonrisa y un abraso, a tu eterna disponibilidad y por qué no, hasta a tu tacañees y tu forma de posar para las fotografias; y ahora, ¿qué me queda? lo único que resta son los recuerdos de lo que vivimos juntos.

Antes de terminar mi despedida quisiera pedirte perdón. Me di cuenta de que al final no estuve ahí para ti. Supongo que tenía miedo de que se acercara el final e inconsciente e inocentemente pensaba que si yo no estaba ahí entonces no sería tan difícil una vez que esta despedida llegara; es una lástima que no haya estado ahí para ti, nada me hubiera gustado más que enfrentar por primera vez a mis sentimientos en lugar de darles la espalda, pero fui cobarde y hui, cuando lo menos que podría haber hecho por ti seria haber estado a tu lado así como sabia que tu estarías al mío si te llegase a necesitar. No sé si alguna vez te lo dije pero siempre pensé en ti como mi salvavidas en caso de emergencia, de alguna forma sabia que sin importar la hora o el día estarías ahí para mí sin siquiera cuestionarme o juzgarme sin importar lo absurdo de la situación.
Adiós mi querido amigo, adiós. Espero que donde quiera que estés y con quien sea que te encuentres logres encontrar tu lugar y tu camino; espero que seas muy feliz en la vida que has elegido; te deseo la mejor de las suertes en tu viaje hacia la felicidad y a ti mismo; espero que encuentres lo que sea que estas buscando. Si algún día me necesitas, sabes en donde encontrarme, siempre estaré aquí para ti; aunque también se que sería ingenuo de mi parte esperar que las cosas sean igual de aquí en delante. Cero y van dos, ¿Quién seguirá?

P.S. Aunque no lo parezca realmente admiro mucho tu coraje y valentía para dejar todo atrás en busca de tus sueños. Y aunque no lo parezca realmente estoy muy feliz de verte feliz con tu decisión de partir.

http://dveinsofglass.spaces.live.com/photos/cns!45933FF8E2B1D7E7!284